Roberto Buffo es puro temperamento. Se acomoda en su butaca ante el piano japonés Kawai BX-7 y arremete con energía las obras de Franz Liszt. El sonido de las teclas le responde como él ansía; ahora sólo queda esperar hasta esta noche, cuando vuelva a ocupar un escenario de la Universidad Nacional de Tucumán, esta vez en el Centro Cultural Virla.
Será un regreso con importancia simbólica: hasta 2009, dirigió la Orquesta Sinfónica de la UNT, de la que se alejó luego de haber creado ciclos memorables. En los últimos años estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica de Chaco, donde pudo desplegar su arte.
Para Buffo, es más importante el presente que el pasado. Y esta actualidad lo enfrenta con un piano flamante, adquirido en el marco de los festejos por el Centenario de la UNT, que le viene como anillo al dedo. “Este instrumento es hermoso, muy dulce y con un teclado parejo. Los japoneses logran sonidos brillantes, que me gustan mucho y me vienen muy bien. Fue una gran compra”, explica.
A diferencia de otros músicos, los pianistas se deben adaptar a lo que encuentran en cada lugar al que van a tocar. “Nosotros no podemos cargar con nuestro piano por todos lados”, admite, y sonríe resignado.
Para elegir el repertorio que presentará hoy, el maestro piensa tanto en él como en el público: “la idea es hacer un recital apetecible de música clásica, en el que también me pueda lucir”. “La tendencia actual es hacer recitales más cortos y lo que más pega es desde Ludwing van Beethoven hasta el nacionalismo. Los ciclos integrales no van a desaparecer, pero quedarán reservados sólo para los conocedores, para una élite y no para el gran público”, detalla.
La tendencia y el gusto masivo por ciertos estilos lo favorece. “El repertorio romántico y nacionalista me cae muy bien; tiene una dificultad específica que coincide con mi afinidad emocional y técnica. Toco mejor Liszt, que fue el showman del siglo XIX, que Amadeus Mozart, que me resulta más difícil. Del mismo modo, no me va el Frédéric Chopin romántico, pero sí el de las polonesas heroicas”, sostiene.
De esa conjunción entre estilos, gustos y propuestas nació incluso el título del recital: “el piano de la bravura”, palabra que tiene dos significados, porque se usa tanto para la presencia de pasajes de alta dificultad técnica en una obra como para la explícita intención del compositor de posibilitar el alarde técnico del ejecutante y su lucimiento.
Aparte de Liszt y de Chopin, Buffo tocará Anton Rubinstein; Theodor Leschetiszky; Théodore Lack y Gioachino Rossini. “A futuro me voy a dedicar a los compositores de esos períodos, porque no se puede tocar de todo y uno debe especializarse”, agrega el músico nacido en Monteros.
ACTÚA HOY
• A las 22, en el Centro Cultural Eugenio Flavio Virla de la UNT, 25 de Mayo 265.